jueves, 11 de marzo de 2010

Invisible

Nací invisible.
Con los años
me fui formando
a golpe de palabras.

Soy nada
y sucede que a veces me olvido
de mirar al cielo.
Tengo una desgracia:
Quiero contar historias
pero no me sé ninguna.

Soy un charco de tinta,
vocal perdida, consonante que sangra.
Me llamo viento y a veces
huelo a café espresso.

De cuando en cuando
bebo un vaso lleno de silencio,
escribo encima de libros de museos
y me escondo a llorar
bajo la lluvia.

Nací frágil como el papel
en el que he dibujado esto.
Soy las ideas que mueven el turbante
del beduino en el desierto.

Los que no tienen voz gritan
dentro de mi.

Hago el amor con las novelas,
con los cuentos y con los versos.
Soy un trozo de hielo
que se derrite en el asfalto.

Hasta hace unos momentos no existía.
Hoy me derramo sobre la hoja,
como un río
que lame las rocas.

Soy el pedazo de carbón con el
que escribes en el viento.
Soy la hormiga perdida en una biblioteca.
Quiero tener cosas que ya no tengo.

Soy nada.
Nací invisible.