-Zuri- dijo el hombre en un susurro-, tengo frío.
La muchacha se metió entre las sábanas, sin importarle que el pantalón del hombre estuviera lleno de pasto seco y le picara las piernas, y lo abrazó. Arriba, el cielo comenzaba a brillar como nunca antes.
-Tengo miedo- dijo ella-.
-Acércate. Todo va a terminar pronto.
Lo abrazó con fuerza, lo besó en el cuello, tomó su mano entre las suyas y dejó que las lágrimas se le escaparan, rodando por las mejillas.
El cielo cambió de azul a amarillo y de blanco a rojo. El primero de los trozos de piedra bajó desde el espacio, bañado en fuego, hasta tocar la tierra.
-Te voy a extrañar- dijo él, dándole un beso apenas rozando sus labios-.
-Yo también- dijo ella-.
Luego, el cielo se llenó de rocas que bajaban a toda velocidad, y la tierra se inundó con llamas que parecían brotar del mismo infierno.
lunes, 21 de enero de 2008
El final
Publicado por
W.
en
11:31
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2 comentarios:
Maldito!!
Me dejaste helado. Y en unas cuantas lineas. Mi miedo hacia las imagenes cosmicas regreso. Muchas gracias.
Saludos.
Es tan tú...
Tendrás que enviarme los libros de Kawabata, por cierto, porque aquí se resisten a vendérmelos.
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