viernes, 22 de febrero de 2008

Bienvenida a las peliculas


Su pantaloncillo rosa era el más corto que hubiera visto en mi vida. Su blusa ajustada, su vientre plano y su sonrisa resplandeciente me aseguraron de inmediato que ella era la mujer para mi primera película. Las ideas me volaban en la cabeza como una parvada de flamingos. Un momento mágico, así lo definiría. Era la musa que estuve esperando.

Luis me presentó a Filomena una mañana de domingo, a la entrada del parque Tezozómoc. Me dijo que ella estaba interesada en ayudarnos con nuestro proyecto. No sé cuanto tiempo estuve sosteniendo su mano, mirando directamente el fondo de sus grandes ojos negros. El tiempo se detuvo.

-Nunca he salido en una película- dijo-. Así que van a tener que explicármelo todo.

-Tú sólo debes preocuparte por lucir hermosa- dijo Luis-. Tranquila.

-Básicamente lo único que vamos a hacer es filmarte mientras sostienes relaciones sexuales- dije-. No te pedimos talento. Sólo que estés hermosa. Hasta la ropa que vas a usar ya la tenemos.

Durante meses he pensado en esta película. La idea nació mientras mirábamos, mi novia y yo, una porno que no nos había gustado. Comenzamos a discutir las razones por las cuales una película de ese tipo nos podía parecer desagradable, o aburrida. Ella me dio sus ideas, yo le di las mías. Llegamos a la conclusión de que ambos podíamos hacerlo mejor. Luego le pregunté si estaría de acuerdo en filmar una.

Lo cierto es que ni ella ni yo somos físicamente atractivos. Además, yo no soy ninguna clase de atleta sexual. Lo mejor era permanecer del lado creativo. Ella se iba a encargar del maquillaje y el vestuario. De ser posible, también de conseguirnos algunas chicas.

-Pero... ¿Sólo lo voy a hacer con él, verdad? – preguntó Filomena-.

-Claro, pequeña. No te voy a pedir que hagas algo que no te guste- dije-. Yo sólo soy el director.

-Es que... sólo lo he hecho con una persona, y no quiero que esto sea desagradable ¿sabes? No tengo mucha experiencia.

-Pierde cuidado- dijo Luis, tomándola de la mano-. Te aseguro que te la vas a pasar súper bien.

Las ideas revoloteaban en mi cabeza. Su cabello negro y ondulado, igual a una enorme cascada de ébano, me inspiró de inmediato a escribir una historia. Sus nalgas eran maravillosas. Sus pequeños senos también.

Creo que sería justo mencionar que Filomena tiene diecinueve años, y mi amigo, el que va a tener relaciones con ella, treinta y cinco.

-Bienvenida al mundo del porno- le dije sin soltar su mano-.

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